02 abril 2010

Sosiego




















El río Taylor  y el cañón por el que discurren sus aguas frías y cristalinas es uno de mis rincones favoritos de estas partes. Las murallas de granito rosáceo, las inmensas masas forestales de abeto y abedul, la variedad de sus senderos, todo ello conjura un potente hechizo sobre mí. Ahora, cuando las nieves que cubren las orillas del río han iniciado la ineludible fusión y la primavera es un susurro que empieza a salir de mis labios, el lugar está bañado en una tranquilidad preternatural. Todavía no han llegado los pescadores, ni los jinetes de sus aguas bravas, ni los escaladores que trepan sus murallas, ni el gentio que admira su belleza. Todo es sosiego y salvaje esplendor y yo solo soy una sombra mas en sus bosques.


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