30 diciembre 2009

Navidades en el "Refugio de los Amigos"

Una vez mas y como ya es costumbre anual, éste año hemos pasado las navidades con un grupo de amigos arriba en un refugio de montaña alejados del alboroto navideño del pueblo. Desde hace muchos años que he llegado a la conclusión de que es la mejor manera de pasar estos días del año. Dejando de lado su aspecto mas comercial y el agobio de los viajes por estas fechas y reiterar el valor de las buenas amistades en comunión con la naturaleza.

Llegar hasta el refugio de Friend's Hut (refugio de los amigos) es toda una peregrinación que te expurga de todas las penas y te hace olvidar todo lo que has dejado atrás para, una vez allí, poder disfrutar plenamente del aquí y ahora con todos amigos. Son 18km de marcha con esquís, frecuentemente abriendo traza en nieve profunda, que te dejan destrozado y listo para relajarte durante los días siguientes en el entorno salvaje y desprovisto de toda conexión con el mundo exterior.

Este año, y añadiendo color a nuestra estancia, tuvimos dos días de condiciones polares en las que fue virtualmente imposible sacar la nariz del refugio. Unos vientos semi-huracanados barrieron bosques y montañas con una fuerza e insistencia que raramente he visto por estos lares. Pero e eso no hizo mas que enriquecer nuestra experiencia. En la cálida burbuja del refugio cocinamos comidas dignas de restaurantes de postín, jugamos divertidos juegos de grupo y nos relajamos leyendo o charlando junto a la estufa de leña.

Cuando la tempestad amainó, salimos a hacer un par de excursiones por los alrededores arrasados por el viento. Esta vez nos fue imposible encontrar un solo rincón con la famosa nieve polvo de la zona y nos tuvimos que contentar con disfrutar del magnífico paisaje invernal.

Si os apetece ver unas fotos de este rincón tan especial hace click aquí: Navidades en la montaña

Hasta pronto y Feliz Año Nuevo!

Xavi Fané

19 diciembre 2009

Sacando a pasear mi monstruo interior.





Cada año parece que me enfrento al mismo dilema. ¿Competir?, ¿o no competir? Cada vez que llega ésta época del año por mi cabeza desfilan imágenes de sufrimiento, de demasiada dedicación a un deporte, de mi forma progresivamente perdiendo terreno ante la nueva generación de fondistas... y casi siempre acabo haciendo caso omiso de todo eso y allí me encuentro en la línea salida, sintiendome un poco como si no fuese yo mismo, con mi grupo de amigos y conocidos de siempre, dispuesto a liberar mis instintos animales una vez más. A sacar a pasear a la bestia que vive en las penumbras de mi persona.

Esta mañana me he levantado con una ligera resaca, producto de la fiesta de cumpleaños de Roger ayer por la noche. Cuando he visto que el termómetro marcaba -27ºC me he dicho a mi mismo que de ninguna manera iba a correr y casi que volvía a la cama que he recordado que en la fiesta, mi amiga y casi hermana Bobby, me dijo que iba a competir y que esperaba verme allí puntual como el Lorenzo y pensé, "jo , no puedo defraudar a Bobby" y eso me ha hecho poner las pilas.

En la línea de salida, a las 8:30 de la mañana todavía estábamos a -20ºC, una temperatura en la que los esquís se comportan como si tuvieran velcro en las suelas por mas cera que les pongas y en que los pulmones parecen cristalizarse por dentro y solo te dejan respirar a bocanadas cortas y sincopadas. Hoy tocaron 10km de "skating" y el ritmo fue brutal desde el principio. En seguida se formó un grupete de unos cinco delante y yo me quedé descolgado porqué no sabía bien como iba a sentirme en mi primera carrera y no quería quemar el motor. Pero para mi sorpresa, poco a poco fui remontando posiciones hasta que les alcancé. A media carrera, algunos se descolgaron y yo me pegué al chaval que iba tercero, siguiendo el vaho de sus vapores congelados en el aire. A 100mt de la meta, que era ligeramente ascendente marqué un sprint que no se ni como pude y le saqué unos metros para entrar 3º. ¡Yujuuu!, nada mal por ser mi primera carrera de la temporada. Fueron 24 minutos de pura droga y ahora estoy enganchado para el resto de la temporada.

Después de nuestra carrera, les ha tocado a los junior y he tomado unas cuantas fotos de ellos.

Hasta pronto!




Xavi Fané

15 diciembre 2009

Planeta nieve





Nieve. Está por todas partes, cubriendo casas, coches, árboles, y la basura de los callejones mas cutres. El invierno se hizo esperar, pero ya ha llegado y a lo grande. En las últimas dos semanas ha caido un metro y medio de nieve en el pueblo y entre dos y tres en las cumbres. El paisaje reverbera con una fantástica luminosidad onírica y las montañas aparecen blandas y tiernas como inocentes ninfas que me llaman con melódicas voces de dolorosa sensualidad. Pero ojo!, no son inocentes ninfas sino que son mas bien pérfidas sirenas que a la que te descuidas te rajan y se te comen los intestinos mientras gritas moribundo. El peligro de aludes es extremo. Ni siquiera Josh, que no se pierde un día de la temporada sin esquiar algo radical ha salido hoy. No se lo que hace cuando no esquía, pero seguro que no es nada bueno. Yo en cambio soy mas plástico. Si no hay powder, me conformo con unos paseos por las pistas de fondo, que ahora mismo están para correrse.

El otro día viví una aventura de esas duras a la vieja usanza. La semana pasada Dave, Todd y yo decidimos salir hasta el refugio de montaña del cuál nos encargamos de cuidar y abastecer. En esta ocasión nuestra misión era portear un montón de papel de vater para que durase todo el invierno. Los días anteriores había nevado un buen paquete y como nadie había subido todavía
nos tocó abrir traza en la nieve profunda. Tomando turnos como si de un pelotón ciclista batallando los vientos fuésemos, trabajosamente fuimos haciendo camino hacia el refugio. Abrir traza era un curro considerable y la noche nos pilló cuando solo estábamos a medio camino. Llevábamos 4 horas de marcha y nos faltaban otras 3 o 4. Tan pronto el sol se ocultó tras las montañas que la temperaturas bajó en picado hasta los -25ºC. Entre los tres habíamos hecho este recorrido cientos de veces, en teoría nos conocíamos los 16km del recorrido como si fuese el trayecto entre el dormitorio y el lavabo, pero de noche y sin señal alguna del estrecho sendero que remonta el valle durante el verano, el espeso bosque de abetos logró desorientarnos. Extrañas sensaciones te invaden cuando estas mas perdido que Hansel y Grechel en el bosque y a veinticinco grados negativos. Te invade una inquietud y urgencia vital considerables. Sólo nos consolaba pensar en que entre los tres teníamos 30 rollos de papel de vater. Por lo menos, no íbamos a morir con los culos sucios.
Unas cuántos titubeos y rodeos mas tarde, justo cuando empezábamos a perder sensibilidad en nuestras extremidades y el agua en los camelbaks se había helado por fin llegamos al refugio. Claro que el interior del refugio estaba a -15ºC y nos llevó tres horas empezar a calentarlo con la estufa de leña a tope. Pero habíamos logrado sobrevivir.

Es una pena pero no tengo fotos de la travesía. La próxima vez que suba agarraré la cámara. Pero aquí teneis algunas del pueblo y las pistas de fondo para poder ver como está la situación nívea.

Xavi Fané