15 noviembre 2013

Noche bajo cielo otoñal

¡Corre, corre! Me díje a mi mismo ayer por la tarde, afanándome a salir de casa para ir al monte y pasar una noche mas al raso antes de que las pronosticadas nieves cubran con su definitivo manto níveo todo objeto y resquicio. Salí de casa con una mochila cómo si fuese a cruzar el Polo Sur, cargado con todo lo que tengo que vaya relleno de plumas: pantalones, chaqueta, saco... y luego todo el material fotográfico, trípode, el camarón supremo, un par de objetivos, etc, y subí y subí por uno de mis senderos favoritos para correr y pedalear y al cabo de un rato lo dejé y seguí campo través, primero entre desnudos abédules y luego por  roquedales y enormes abetos castigados por eones de penurias. Acabé instalándome en un promontorio pedregoso, rodeado de árboles fantasmagóricos con magníficas vistas hacía el pueblo y las cimas que lo rodean. Allí  pasé la noche, sacando fotos, contemplando la magía de una colosal puesta de sol y después de las estrellas y la luna, y durmiendo un sueño entrecortado entre la belleza de lo real y lo no real.








Xavi Fané

05 noviembre 2013

Cada Vez Mas Invierno

Cuál tren desbocado, el invierno se nos echa encima. Ya hace días que las últimas y apergaminadas hojas de los aspens volaron a su exilio invernal. Ahora el paisaje emana una austeridad profunda y esquelética y el silencio crece como un grito helado. Es como si las montañas, los valles, incluso el mismo pueblo, como el condenado a muerte, se preparasen para ser sepultados, sepultados por las nieves. A ser expurgados por la blancura purificadora del invierno.

Días de barro y nieve, de hielo y agua. De borrascas que cada vez bajan la cota de nieve un poco mas. Arriba ya hay nieve. Suficiente para esquiar si eso es lo que realmente deseas. Yo aguanto feliz apurando mis últimas carreras a pie por el fondo de los valles, sintiendo la tierra y la nieve crujiendo bajo mis pies en el frío matinal. Contemplando como día a día, el hielo extiende sus tentáculos helados en los ríos y lagos. Dejando que el tenue sol acaricie mi cuerpo a través de los árboles desnudos. Así espero yo el invierno.

Las hojas ya no están en los arboles

Barro y nieve

Queda color

La nieve baja

El magnífico río de Avalanche Creek

Disfrutando del silencio

El pueblo fantasma de Ashcroft


18 octubre 2013

Zona Moab



Acostumbra a ser hacía mediados de otoño, cuando empieza a hacer frío en las montañas pero no todavía no hay suficiente nieve para esquiar que uno siente la llamada del desierto, de alargar un poco mas la temporada estival y cargar las pilas para enfrentarse a los rigores invernales. Hacia años que Karen y yo no habíamos ido por la zona de Moab y esta vez decidimos aprovecharnos de su relativa cercanía para tomarnos una semana de vacas explorando algunos de los nuevos recorridos de mtb que se han creado en los últimos años y también haciendo algunas excursiones a pie por sus remotos cañones y mesetas. 

Moab es uno de esos engendros de aguda bipolaridad como solo pueden encontrarse en los Estados Unidos. Como lo son  Las Vegas o Disneyland Moab es una monumental trampa turística cuyos niveles de horterismo escapan toda clasificación. Allí conviven en precario equilibrio motorheads y mormones de derechas, imitadores de Edward Abbey, prospectores de petróleo, escaladores y el típico pijoteras en busca de slickrock en el que quemar la cara goma de sus neumáticos.  En pocos lugares se ven tantas y tan flamantes bicicletas, pero igual es el caso con los 4x4, las motos y motorhomes. Es una escena dantesca. 

 La salvación es el desierto.  En su brutal inmensidad se diluye, por lo menos en gran parte, el patetismo humano y uno tiene la oportunidad de emborracharse de espacio y silencio hasta olvidarse de quién es y de dónde viene. 



El vacio salvador de Canyondlands

Luna llena acampando en Island in the Sky. 

Enorme cavidad en Hunter Canyon 


En la cumbre de Upheaval Dome


Desayuno en el campamento

El impresionismo de Fisher Towers



11 junio 2013

Popurrí primaveral

Muy buenas, Aquí tenéis una pequeña colección de imágenes ( la mayoría) inéditas, pertenecientes a las últimas semanas de magnífica primavera que nos está haciendo por los alrededores de Crested Butte. Espero que todos vosotros también la estéis disfrutando!



















02 junio 2013

Una esquiada mas.






Aprovechando un espatarrante día primaveral esta mañana Jay y yo hemos madrugado para hacer una esquiada mas. No me atrevo a decir que sea la última pero creo que nos acercamos al fin de temporada. La nieve está bastante castigada y cada vez resulta mas complicado llegar hasta ella. Hoy nos hemos marcado un buén palizón, atravesando a destajo las junglas de pino enano que infestan las partes bajas de los valles. Hemos salido de allí como si los indios nos hubieran emboscado. Aún así, la nieve no ha estado mal, tipo granizado limón con menta.

Ésta ha de ser mi época del año favorita. Los contrastes son brutales. Ahí estás, contemplando desde las alturas nevadas los exuberantes valles y bosques de abedules verde eléctrico, los ríos rebosantes de agua y las criaturas despertando después del largo invierno. Puedes esquiar, andar, correr, pedalear y lo que quieras. Y lo que es mejor... los turistas todavía no han llegad!!

26 mayo 2013

Bici-Esquiada-Pateada Primaveral

Túve que pensarmelo durante varios días antes de pasarme a la acción. El dilema era que por un lado deseaba un poco de aventura multi-deportiva-primaveral y por otro, me daba una pereza enorme porqué se lo que supone adentrarse a las montañas en ésta época del año. Para llegar a las nieves tendría que poner kilometros de tierra, cruzar ríos cargados con el deshielo, y luego mas kilometros de nieve podrida antes de llegar a las alturas.

Al final utilizé la excusa de la responsabilidad para ponerme en ello. Alguien tenia que subir a cerrar el Refugio de los Amigos y yo me ofrecí de voluntario. Así que agarré la bici, me puse la mochila cargada con botas y esquís y hala, a la aventura. El Refugio de los Amigos es uno de mis lugares preferidos del planeta y estaba convencido de que todo este teje maneje iba  avaler la pena.

Acabé pasando dos noches en el refugio. Túve tiempo para poner orden, limpiar, leer, escribir en mi diario y tocarme las pelotas en la magnífica terraza que tiene. Incluso aproveché para realizar una de las mejores esquiadas del año. Salí temprano de madrugada aprovechando que la nieve se había endurecido lo suficiente y agarré la canal directa que sube a Star Peak, una cumbre de 4130mt que domina el circo que domina el paisaje del refugio. Es una estética linea, la mar de esquiable, que en su parte superior alcanza los 50º de pendiente. Una vez en la cima me pasé una hora esperando a que el sol transformase la nieve, pero al final me cansé de esperar y decidí bajar en unas condiciones un poco firmes pero que gracias a una nieve de textura granular permitia un buen agarre de cantos. Mi excitación y también mi percepción de dificultad  estuvo magnificada por el hecho de que iba con los esquís súper-ligeros de competi. Después de unos primeros virajes en los que hubiera hecho bien en llevar puestos unos pañales, calenté motores, le pile el ritmo y todo salió bien.

De vuelta al pueblo de nuevo túve que cruzar los ríos (3) que bajaban incluso mas cargados y parecían mas adecuados para bajarlos en kayac que no cruzarlos cargado con la bici y esquís. Pero bueno, si no fuese por esos retos que de vez en cuando nos estremecen y nos sacan de nuestra zona confortable. De no ser así, no es aventura ¿no?.

Salud y feliz primavera!


















Xavi Fané