La fotografia es como el pescar. Hay días que vuelves a casa con cena para toda la familia y otros que lo haces con las manos vacías. En el caso de hoy, vacías y muy frías. Muy temprano esta mañana me he calzado los esquís y subido por un valle hermoso y poco visitado durante el invierno. Se trata del típico valle glaciar en forma de "U" con un fondo mas o menos amplio y gradual y unas laderas empinadas y amenazadoras en las condiciones propicias a los aludes que tenemos en estos momentos. Después de la gran nevada que nos cayó hace una semana no había subido nadie y he abierto traza durante un par de horas hasta llegar al rincón que tenía en mente para capturar un par de imágenes. Pero como tenía las manos heladas (he salido de casa que el termómetro marcaba -20ºC) no he tenido la paciencia para esperarme hasta que el drama del amanecer alcanzase su punto máximo. Tenía que moverme o me quedaba allí tieso.
Pero como enel caso de la pesca. Muchas veces no es la trucha o el salmón lo que cuenta al fin, sino la experiencia de buscar ese elusivo momento, de observar y olfatear, de convertirnos en uno con el mundo que nos rodea. En ese caso, mi mañana ha sido magnífica.
Estos días se está jugando la liga de hockey sobre hielo en el pueblo y ayer fui a ver uno de los partidos. No sabía que tantos de mis amigos que siempre me han parecido tan tranquis y buena gente pudieran ser tan violentos y agresivos.
Que os sea leve la "ciclogénesis explosiva" que se os hecha encima sobre la península este fin de semana.
Xavi Fané
26 febrero 2010
09 febrero 2010
Valle arriba
Ayer por la mañana, muy temprano con la luz única de nuestros frontales, Keith, Wick y yo subimos a la montaña más icónica de Crested Butte: el Red Lady. Una mole que domina el pueblo y las montañas circundantes y que en invierno se convierte en una de las cimas mas esquiadas de la zona. De las innumerables veces que he esquiado la montaña, ayer fue uno de los amaneceres mas espectaculares que jamás he visto. Habían partículas de hielo flotantes, arco irises, nieblas... incluso juraría que oímos ángeles cantando. Fue todo un espectáculo de belleza invernal. Y la nieve tampoco estaba mal.
Xavi Fané
03 febrero 2010
Valle abajo
Valle abajo uno escapa de la paranoia de la nieve, del hedonismo deportivo, de los cotilleos cotidianos y uno se sume en la penetrante serenidad del Colorado rural. Una vez queda atrás la eterna hiper-actividad del pueblo, te puedes concentrar en lo que realmente importa. Las nieblas hacen su magia sobre los campos nevados, las delicadas luces invernales acarician el paisaje. Las vacas hacen su vida y los desnudos árboles lo contemplan todo desde su atalaya petrificada.
Xavi Fané
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