31 mayo 2010

Quiero que el tiempo se pare

Quiero que el tiempo se pare en este momento preciso y perfecto. Quiero que las incipientes hojas virginales sigan brillando en el aire fresco y lozano, que las cumbres sigan desafiando a la lógica con el contraste de sus nieves fulgurantes, que los pájaros sigan despertándome cada mañana con su alegre jolgorio, que  las flores sigan eclosionando con ese ímpetu infrenable. Quiero parar el tiempo y plantarme en este paradisíaco aquí y ahora que irónicamente parece mas fugaz que nunca.

















































26 mayo 2010

Última esquiada


No podía resistir mas. Ya llevaba demasiados días admirando desde lejos las montañas blancas fulgurando contra el trasfondo de cielos azul-cobalto y hoy de buena mañana Keith y yo nos hemos acercado hasta ellas para efectuar la que probablemente será nuestra última esquiada del año.
En camino hacía la nieve, mientras andábamos por una pista embarrada, nos hemos topado con unas sendas huellas de oso (en la foto con la mano de Keith para comparación), señal de que los plantígrados ya están bien despiertos de su larga hibernación y pronto bajarán al pueblo a hacer destrozas en su incesante búsqueda de calorías fáciles. Aunque por aquí es un animal relativamente abundante, encontrar sus enormes huellas siempre es una experiencia que inspira respeto.

La cumbre que hemos ascendido se llama Augusta y se encuentra al final del mismo valle en que se halla el pueblo. Es allí donde caen las mayores cantidades de nieve de la zona (hasta 15m de media anual) y no acostumbra a desaparecer, si lo hace,  hasta bien entrado el verano. Nos ha hecho una mañana ideal que nos ha permitido esquiar en manga corta sobre una nieve en su mayor parte cremosa y fácil de esquiar. En las partes bajas empezaba a asomar un estrato de nieve con una gruesa capa de polvo depositado por los fuertes vientos provenientes del desierto que soplaron a principios de primavera. Era como esquiar sobre helado de chocolate.

Hoy he estrenado una diminuta cámara Canon S90 que debe de pesar 100 veces menos que mi camarón de verdad. Reconozco que es toda una gozada no tener que
arrastrar el muerto pero por falta de costumbre cuando iba a sacar fotos de nuestro libidinoso descenso se me ha terminado la pila y como no llevaba de recambio me he quedado sin ellas. Para haceros una idea he colgado una foto de la cima con unos virajes que alguien se había marcado el día anterior.


Xavi Fané

25 mayo 2010

De agua, flores y regeneración





























Hace poco mas de una semana mis calzoncillos colgaban tiesos y cubiertos de escarcha cuál estandarte de una nación vencida en la línea de tender la ropa y empezábamos a pensar que los árboles, todavía sin hoja a finales de mayo estaban en realidad muertos, afectados por una misteriosa enfermedad fungal. Sin embargo en los últimos días todo ha cambiado. Las flores han salido como por arte de magia, cubriendo prados y alegrando bosques con sus fulgurantes colores, el agua fluye  libremente por todas partes, y las ranas, pájaros y animalillos del bosque nos deleitan con su alegre cacofonía.  La primavera en la montaña llega tarde, pero cuando lo hace es como un tsunami sensorial. 


Xavi Fané

23 mayo 2010

Zapatillas o guantes para pies?


Varias entradas atrás os hablé de las zapatillas "five fingers" de la marca Vibram y algunos de vosotros me pedisteis que os mantuviera al día de mis andanzas con ellas.  Poco a poco he ido adaptándome a su uso y ayer salí con ellas para hacer un recorrido de 12km por sendero. El recorrido ofrecía buenos desniveles y el piso variaba desde liso y compactado a rocoso, con raíces, troncos atravesados e incluso tramos de nieve. La verdad es que cada día me gustan mas. Su ligereza es inverosímil y su diseño ceñido evita eficazmente la entrada de objetos exteriores. Después de varias salidas siento que mis pies se han ido fortaleciendo pues corres de una forma mas natural, dejando que tus pies se muevan libremente y que tus músculos y ligamentos hagan el trabajo  que supuestamente están creados para hacer. La verdad es que la estabilidad que sientes es mucho mejor que no con zapatillas, pues estás mas cerca del suelo y tu pie se adapta a la forma del piso. 

Una analogía que llevo dando a quienes me preguntan es que es un poco como ir con una bici rígida versus  una suspensión. Cuando bajas con una rígida por terreno muy pedregoso te fijas mas por dónde vas y trabajas la finura y fluidez de movimientos que no la velocidad pura y dura. Pero en cambio sobre pisos mas lisos la respuesta y rapidez de reflejos parecen ser fulgurantes. Ayer fue mi salida mas larga hasta el momento y al final podía sentir un poco mas trabajados de lo normal los músculos de mis gemelos. La razón de ello, es según los expertos, que sin los talones mas altos de la zapatilla convencional, sobretodo en las subidas pones mas tensión en la pantorrilla y el Aquiles,     una de las razones por las que se recomienda un mas o menos largo periodo de adaptación. 


¿Inconvenientes?, sí, lleva un poco mas de trabajo ponertelas, pero a medida que toman la forma de pie y yo mejoro mi técnica de calzado, cada día es mas fácil.


Por el momento estoy muy feliz con mis pies de Hobbit.

Xavi Fané

18 mayo 2010

Ojo con los desvios!

Para cambiar aquí va una entrada sin fotos. Aprovechando la tregua en esta batalla que estamos luchando contra este nefasto tiempo, este domingo me escapé con Keith y Norman hasta Montrose, un pueblo que está a una hora y media de coche y mil metros de desnivel abajo, desde Crested Butte, con la intención de participar en una marcha cicloturista que allí montan cada año. Habían varias rutas para escoger, una de 70km, otra de 90 y otra de 160km. Al final nos decidimos a ir a por la de 70 porqué era la que nos pareció la mas bonita de todas,  ya que subía hasta el mirador del Black Canyon of the Gunnison, una barbaridad de cañón tallado por el río Gunnison cuyas murallas de granito estriado alcanzan los 800mt de desnivel y que solo unos años atrás pasó a convertirse en uno de los parques nacionales mas nuevos del país. La carretera hasta el mirador es tranquila y muy escénica, ascendiendo primero entre pastos y árboles frutales  y mas tarde entre bosquetes de pino y junípero hasta que alcanza el mismo borde del cañón y lo sigue durante 12km panorámicos a parir en las que de vez en cuando se atisba, a vuelo de pájaro, la cinta plateada del río al fondo del tajo, que ahora iba cargado a tope con la fusión de la nieve en las montañas. Íbamos sin prisas, saboreando el paisaje y deleitándonos en el extraño hecho de ir en manga corta. Al final de la carretera, dónde el recorrido daba media vuelta para volver por dónde subimos había una parada de soporte en la que comimos, bebimos y charlamos un rato con otros participantes antes de iniciar la vuelta. Todo era perfecto hasta que a Keith se le ocurrió la gran idea de alargar un poco el trazado de nuestra ruta, tomando un desvío que según el mapa bajaba hasta el mismo río. Los voluntarios del avituallamiento nos avisaron de que si nos atrevíamos a bajar hasta el río teníamos que llevar pastillas de freno de recambio, lo que insinuaba que era algo de grado inusual. Instigados por la curiosidad y las ganas de ver el río de cerca, optamos por tomarla. Un letrero nos avisó de que la carretera descendía 800mt de desnivel en 5,5km al 16% y de golpe los tres empezamos a bajar y a bajar por un asfalto empinado y estrecho como nunca había visto en una carretera americana, que por regla general son anchas e ingeniadas para que la gente puedan arrastrar consigo sus inmensos "movil-homes", pero esto era casi exagerado. Después de bajar no se cuantas zonas ecológicas alcanzamos el río con las llantas a punto de fusión. Era magnífico. Grandes árboles y hierba jalonaban el potente río y enormes acantilados de piedra estriada se elevaban por encima de nuestras cabezas. Estábamos en pleno Black Canyon. 


La subida fue un reto considerable. Keith llevaba 3 platos en su bici y dándole al molinillo subió lento pero sin problemas, Norman iba con un desarrollo 34x27 y sufrió lo suyo. Yo llevaba un 39x27 y con los pocos kms que llevo puestos en la bici vi a la virgen y juro que oí ángeles cantando en sinfonía. Hubo un momento en que estaba seguro de que iba a salir paralítico de esta experiencia. Las cervezas que nos tomamos en el "BiereGarden" de Montrose nunca supieron mejor. 


Xavi Fané

15 mayo 2010

Siempre Sorprendido

Esta mañana me he levantado en plena oscuridad, una hora no del todo inusual para panaderos y fotógrafos. Es un ritual que frecuentemente  hago, en parte por mi inquietud natural, en parte porqué me gusta levantarme a ésa hora tranquila y silenciosa, tomar el café, mirar las noticias en el ordenador, y salir o a esquiar en invierno o a andar o rodar en bici con los amigos antes de tener que ir a trabajar. Pero sobretodo es porqué es generalmente a esas horas cuando, si tienes suerte, el juego de nubes, brumas y luz,  se conjuran para crear un espectáculo que cautive mi insaciable ojo fotográfico. Pero en la mayoría de ocasiones eso no ocurre. Cómo tampoco ocurre muy a menudo el que la gente encuentre el amor perfecto de la noche a la mañana, o que cada día te toque la lotería. Y ya me está bien, porqué si comiera paella cada día, seguro que me hartaría de ella. 

Por eso cuando salgo, procuro hacerlo enfocado en disfrutar de lo que la naturaleza me tenga que ofrecer, en el aquí y ahora, y así, si me sorprende con algo fuera de lo normal, con un amanecer dramático o con el encuentro de alguna flor exuberante o de un ciervo galopante, mi sorpresa y asombro acostumbran a ser genuinos. 

Esta mañana no ha sido nada del otro mundo desde el punto de vista fotográfico. Las brumas y nubes eran demasiado espesas y todo demasiado gris. Aún así he disfrutado adentrándome en un magnífico valle por una pista forestal que recientemente se ha abierto después del largo invierno. Mi viejo Nissan ha quedado irreconocible por el barro producido por las recientes lluvias y nevadas primaverales pero no había una sola alma y el valle, con su combinación del verde incipiente de los prados, de los diferentes tonos blancos de la nieve nueva y vieja, y de brumas y nubes jugando con las ominosas murallas rocosas, me ha dejado acongojado.


Xavi Fané

12 mayo 2010

En mayo, no te dejes el say... err, anorak.

Apenas si las nieves de invierno habían empezado a derretirse en el pueblo y los primeros segmentos de sendero empezaban a asomar que pumm!, va y nos cae esta nevada ayer por la noche. Viva la primavera!, siempre vital y sorprendente!

Ni siquiera los perros parecen estar muy excitados ante la expectativa.

11 mayo 2010

Hei-Hei forever


Carai, no me esperaba generar tanta conmoción  con la última entrada del blog. Está claro que muchos de vosotros me seguisteis en Solo Bici,  época durante la cuál yo era visto como una especie de Don Quijote hippy luchando los molinos del materialismo desbocado y mi Kona Hei-Hei adquirió el aura legendaria de un fiel e indestructible Rocinante. Esa fue una excelente época de mi vida, pero los tiempos cambian y si no quieres convertirte en una piedra cubierta de musgo has de rodar con las aguas del río.

Sigo siendo un sentimentalista, y probablemente siempre lo seré. Es por eso que siempre vuelvo a subir a ciertas montañas, que soy fiel a mis amistades y que le tengo un apego muy especial a mi pueblo y a mi casita y mi jardinito. Es por eso que la Hei-Hei todavía corre por casa. Podría decirse que ahora se halla en un estado "semi-jubilado" dentro del cuál sigue deleitandonos con ciertas funciones utilitarias, a veces haciendo como substituta cuando una de nuestras otras bicis fallan, o de bici de emergencia cuando nos llegan visitas que necesitan una bici para acompañarnos de excursión. Esta misma primavera habíamos estado a unto de ir a Cuba a hacer unas vacaciones cicloturistas con alforjas y tal y aunque al final no pudimos ir por varias razones, de haberlo hecho, yo hubiese utilizado la Hei-Hei si pensarmelo dos veces.
La Hei-Hei está bien. Gracias por preguntar.

No obstante también poseo un lado práctico y cinético que me apremia a aceptar "ciertos" avances tecnológicos en el mundo de la bici (léase carbono, suspensión, frenos de disco) que, a título personal,  considero incrementarán  la calidad de mi experiencia lúdica o que me ayudarán a seguir capturando esa sensación de potencia y brío sobre la bici durante unos cuántos años mas. Quizás la Merida 96 del Hermida no hubiera sido la bici que yo hubiera escogido a conciencia, pero no pude resistir la oportunidad que se me ofreció y ahora, accidentalmente, soy el propietario de la bici de suspensión mas ligera del condado de Gunnison de Colorado (y quizás de mas allá) y eso es lo que hay.  En realidad y para quienes os interese saber lo que monte o deje de montar, la Mérida es una montura que guardo para aquellas ocasiones en que me siento en forma y con ganas de darle al gas. Diría que la mitad de veces, o mas, sigo saliendo con una CUBE de aluminio rígida montada con un XTR viejo. Es una bici simple, no muy diferente de la Hei-Hei en cuanto a feeling, pero que cuya geometría me cuadra mucho mejor. Además, puedo rodar con mis amigos y aparcarla delante del bar sin llamar la atención ni paranoias.

Seguramente pensareis que qué persona mas conflictiva y dicotómica que soy. Por un lado allá voy con esta sofisticada bici de Copa del Mundo que no me merezco y por otro, salgo a correr con estas zapatillas llamadas "five fingers" que son mas simples que unos mocasines indios. Ni yo lo entiendo.

Para cambiar de tema, llevo un par de días bajando a Gunnison (el pueblo de abajo) a rodar en una zona llamada Hartman's Rocks (en las fotos), de la que ya he hablado en otras ocasiones. Se trata de un rincón de amplios horizontes semi-deserticos puntuado por islas de vistosas formaciones graníticas que posee una impresionante red de senderos, que para mi son de lo mejor que hay en todo el Oeste. Realmente ha sido todo un puntazo poner unos kilometros con los amigos sin titiritar de frío.

Pero ahora mientras escribo estas líneas en Crested Butte, el termómetro marca 0ºC y se ha puesto a nevar como si acabara de llegar el invierno.

Xavi Fané

05 mayo 2010

Primavera, a borboteos.


Nunca puede uno fiarse de la primavera en la alta montaña. En un momento los pajaritos están cantando y tu estás pedalando o corriendo o haciendo lo que estés haciendo en mangas cortas, flotando en el séptimo cielo y pensando que qué maravilla de día y al siguiente las nubes ocluyen el sol, el viento arrecia y de repente te encuentras en medio de una anomalía meteorológica de esas que salvan el día en el telenoticias.

Este año, la primavera parece ser mas inestable y bipolar de lo normal, ha hecho mas frío de lo normal, siempre parece estar nublado y soplan unos vientos mas dignos de la Patagonia que no de Colorado. Todo eso ha complicado mi inicio de temporada tanto en la bici como corriendo pero con un poco de imaginación, flexibilidad de horario y un tanto de espíritu de sacrificio, he logrado ir saliendo y poco a poco acumular unos kilómetros en las piernas.


Hace unos días monté un grupo SRAM XX a la Mérida que heredé del Hermida el año pasado y la he podido rodar un par de veces. Es increíble, los cambios son superfinos y he aligerado la bici en unos 400grs. Alucino.

En cuánto a correr, también podría decirse que he experimentado una especie de revelación. Este invierno leí un libro titulado "Nacido para Correr" (Born To Run), que recomiendo a todos aquellos que disfruten de las carreras a pie de montaña. Buena parte del libro está dedicada a una nueva corriente en el deporte que basada en una serie de estudios fisiológicos y evolutivos deduce que el ser humano de hecho está diseñado para correr distancias maratonianas...  descalzo. Todo esto ya ha repercutido en el diseño de nuevas zapatillas que emulan y permiten los movimientos naturales de nuestros magníficos y complejos pies. Atraido por este concepto el otro día decidí comprarme un par de "Five Fingers" de la marca Vibram, que vienen a ser como unos guantes para los pies. De momento solo he salido un par de veces con ellos y mis primeras impresiones son muy positivas, aúnque debo de decir que he hecho mis pruebas totalmente a escondidas por miedo a ser visto con estas extrañas zapatillas.

También he abierto una nueva galería de Primavera en mi web que con frecuencia espero poner al día con nuevas imágenes.

Hasta pronto,

Xavi Fané

02 mayo 2010

South Park














South Park es una inmensa llanura intermontana ubicada a medio camino entre Crested Butte y la capital de Colorado, Denver. Con una media de 3000mt de altura, durante los meses de invierno las temperaturas son brutales y el lugar pose una temible reputación por sus vientos implacables. La única población digna de mencionar es Fairplay,  que por su aislamiento geográfico, el frío (es la quinta población mas alta del país) y la acusada disfunción de sus habitantes inspiró la irreverente serie de dibujos animados "South Park".

Aparte de eso, las desoladas llanuras son hogar de un elevado número de cérvidos y antílopes y a la vez los depredadores (principalmente pumas y coyotes) que viven de ellos, que aquí pasan el invierno buscando refugio de los mayores grosores de nieve que sepultan las circundantes montañas. La manada de elk que veis en la foto es una de las muchas que habitan estas praderas a la espera de que la nieve de las montañas se funda lo suficiente para volver  a sus alturas durante el verano. El elk (cervus canadensis), también llamado wapiti en Canadá es el mayor de los cérvidos que habitan estas partes y siempre es impresionante encontrarse con una manada de ellos aunque sea como aquí, muy cerca de la carretera.

Después de un corto viaje a Denver vuelvo a estar en Crested Butte, dónde sigue nevando y haciendo un tiempo de rayos que dificulta considerablemente mi esporádico inicio de temporada sobre la bici. La primavera en las Rocosas no perdona!

Por ahora nada más.

Xavi Fané