Aquí estamos

Ya estamos de nuevo en Crested Butte, que después de haber estado en la zona de Los Angeles, se nos antoja como el paraíso terrenal, por mas frío que este sea (llevamos varias noches con el termómetro rondando los -25ºC). Las fotos apocalípticas que aquí podéis ver las saqué con la cámara compacta desde dentro del coche de los primos de Karen, mientras nos sacaron de paseo por los muelles de Los Angeles. Era tarde y amenazaba tormenta. De alguna manera estas fotos plasman mi estado físico y mental en aquellos momentos. Llevaba un resfriado descomunal encima y estaba seguro de mi cabeza iba a explotar en cualquier momento. En estas condiciones ya  sub-óptimas, los primos nos sacaron a andar por una playa de piedras y patoso como me encontraba resbalé de mala manera en una de ellas dándome un golpetazo de lleno en el muslo que me hizo ver a la Virgen y sus querubines trompeteros. Casi que me desmayé, cosa que en retrospectiva hubiese sido lo mejor porqué alguien hubiese tenido que llevarme hasta el coche sin yo tener que cojear con mi cara convertida en una máscara de dolor.

Así que pasé la mitad de las vacaciones viendo el mundo como desde dentro de una pecera y además cojeando. Después de unos días en casa de los padres de Karen, que pasan los inviernos en Palm Springs , me recuperé lo suficiente como para pasarlo bien pero entre las comilonas que nos zurciamos y los problemas de ordenadores, ipods, iphones y ipads que los suegros querían que les resolviese no quedó tiempo para nada.

La situación en Crested Butte es la normal para la época. Los grosores de nieve caen dentro de la media, hay unos 40cm en el pueblo y entre 100 y 150cm por arriba. Las pistas de fondo que rodean el pueblo ya están abiertas y esta mañana se hallaban en buenas condiciones. La estación abrió hace una semana y están fabricando nieve a marchas forzadas para seguir abriendo terreno. 

Pronto os cuento mas historias.