19 octubre 2009

De cerdos y manzanas





Cinco años atrás, nuestro buen amigo Cresson compró un terreno en una bonita zona agricultural de Colorado en el que habían unas cuantas hectáreas de manzanos y como no los quería explotar comercialmente decidió organizar una fiesta de fin de semana con un montón de amigos para compartir las manzanas, hacer sidra con su prensa manual, tocar música, salir en bici por las magníficas carreteras rurales de los alrededores y pasárselo a lo grande en general.

Lo que empezó como una íntima congregación de amigos, ahora se ha convertido en una auténtica romería a la que acuden casi un centenar de amigos y conocidos con sus familias y perros y el idílico terreno de Cresson se convierte en una especie de feria de campo en la que se desarrollan multitud de actividades y eventos. Karen y yo fuimos el viernes por la tarde para encontrarnos un buen lugar para acampar y pasar por lo menos unas horas íntimas con nuestros amigos antes de que las multitudes hiciesen aparición.

Lo que yo no había anticipado es que así y sin más fuese a embrollarme de lleno en una improvisada y amateur “matanza del cerdo” que me daría malos sueños durante los días a seguir. Todo empezó cuando Cresson nos dijo que este año quería hacer un asado de cerdo y que su vecino, que tenía una granja de cerdos, nos iba a preparar uno para la fiesta. Con un puñado de amigos que nos ofrecimos a ayudarle a recoger el cerdo fuimos a la granja de al lado solo para enterarnos de que Shawn, el regordete granjero con gafas, siempre había enviado sus cerdos al matadero y que nunca había matado a uno con sus propias manos y menos desollarle los órganos. Es más, todavía ni había pillado al cerdo que todavía corría alegre por los manzanares de su propiedad. Para calmarnos, Shawn nos dijo que la noche anterior había estudiado un video que se bajó de Youtube con los pasos en la matanza y preparación del cerdo.


La caza del cerdo no estuvo desprovista de emoción, y después de buscarle por las hectáreas de terreno dimos con él, Shawn le hechó un par de tiros en la cabeza a lo bestia, le cortó la carótida ahí mismo (la cuál encontró después de varios intentos) y salieron chorros de sangre y entre todos primero y después con la ayuda de un tractor lo arrastramos hasta la granja. Ya era de noche cuando empezamos la operación de sumergir la bestia en un baño agua hirviente, luego ponerlo en la mesa, afeitarle el hirsuto corpachón (pesaba 100kg) y luego abrirlo en canal con la cuestionable técnica de Doctor Frankenstein que esgrimia nuestro granjero ultimo modelo. Todo eran chistes y risas mientras trabajabamos al aire libre bájo unos focos de luz, hasta que Shawn, por accidente, perforó uno de los inestinos. El sonido fue el de un globo perdiendo aire con rapidez. Pero en lugar de aire, lo que salió de allí fue un hedor de catacumbas romanas que nos hizo palidecer a todos instantáneamente. No terminamos la preparación del cerdo hasta muy tarde esa noche y a la madrugada del día siguiente empezamos a ahumar su cadáver, un proceso que duraría mas de 12 horas y que resultaría con una comilona de carne tierna y sabrosa que todo el mundo, menos nosotros los testigos de la carnicería, disfrutó en gran manera.

Aúnque la matanza del cerdo nos quedaría grabada para el resto de nuestras vidas, los días siguientes estuvieron puntuados de experiencias eufóricas, de camaradería sin limites, cosechando manzanas y conciertos musicales hasta muy tarde cada noche. También húbo buenas salidas en bici de carretera. El sábado por la mañana salí con Geo, Kris y Tim y juntos subimos desde las fértiles planicies de Cedaredge hasta las alturas de alpinas de Grand Mesa, subiendo por una carretera de asfalto perfecto que debería de tener un 10% sostenido en la mayoría de sus 1700mt de desnivel. Una gozada de ruta que hubiese sido relajación perfecta después de la matanza de la nche anterior de no ser porqué a Geo le dio por darle a su 53x11 durante todo el descenso.

Otra cosa para no olvidar fueron las bombas de grasa que Buck se montó en la noche del sábado. Y que coño es una bomba de grasa os preguntareis. Pues no es nada más que una lata grande llena de grasa animal que Buck acumula gracias a su opíparo apetito por comer bacon y que una vez calentada a gran temperatura sobre una hoguera se le echa un chorro de agua. La reacción es un surtidor de fuego que se eleva 10 o

15mt por encima de la multitud, amenazando con carbonizarlo todo. Muy divertido.

Xavi Fané

1 comentario:

  1. Ya os vale Xavi, aquí en la Mallorca profunda estos próximos meses de noviembre y diciembre, se lleva a cabo la matanza del cerdo para preparar los embutidos, jamones etc etc (solo dejamos los huesos) para pasar el invierno. Nada, a disfrutar

    Happy trails
    Balti

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