Pensamientos post-maratónicos

Fiesta post-maratón en el bar local. 

La Gran Maratón de fondo de Crested Butte vino a ser como un petardo mojado. O mejor, como un pedo ocluido desvanecido en el frío aire invernal. La carrera no empezó mal del todo, me coloqué bien desde un principio. Hizo un día magnífico y la nieve, dura y bien pisada era un ensueño para hacer skating. La temperatura matinal estaba en los -25ºC pero a la hora de la carrera había remontado hasta unos soportables  -15ºC. A pesar de no encontrarme mal del todo, mi flojera "pos-gripal" empezó a surtir efecto en la segunda vuelta.  Tenía unos esquís rápidos y técnicamente estaba esquiando bien pero me faltó la potencia. Cada vez que tenía que hacer alguna aceleración para mantener posiciones era como si los pistones estuvieran sucios (que lo estaban) y el motor se encasquillase. Después de 30km, a mi segunda pasada por las calles del pueblo (que es de lo mas divertido y técnico) tomé la decisión de abandonar, en parte porqué no me encontraba bien, pero también para minimizar daños crónicos e irreversibles al vetusto (pero todavía eminentemente fiable) motor.

Todo esto me hace pensar en los cambios y pequeñas transformaciones que a medida que envejecemos van tomando lugar en mi mente competitiva. Años atrás, éste desarrollo de eventos me hubieran deprimido durante días y yo me hubiera torturado a mi mismo con pensamientos de inseguridad, descontento y aprehensión. Tomándome demasiado en serio. En cambio ayer, simplemente me saqué los esquís y fui directamente a tomarme una cerveza con los amigos y juntos hicimos comedia sobre nuestros peores momentos de la carrera y admiramos la vistosidad e imaginación de los divertidos y esperpénticos disfraces que algunos de los participantes lucían en las distancias menores.  Y en parte es eso, el enfoque ha cambiado de ser "uno mismo" a ser un "todo". Quizás si me pongo nostálgico añoro la intensidad, dominio y protagonismo de mis mejores años, pero creo que a medida que maduras, adquieres una visión mas saludable y equilibrada de lo que es competir. Y eso también tiene su encanto.

En las próximas semanas intentaré hacer incursiones mas profundas en las montañas. El tema está delicado,  el peligro de aludes y la falta de nieve siguen protagonizando este invierno, pero es normalmente en esta época del año, mi enfoque en el esquí de fondo poco a poco cambia hacia el esquí de montaña y travesía... a ver si febrero y marzo nos traen las nieves que casi nunca fallan y tenemos una buena primavera en el "backcountry".