Ha muerto el otoño |
Es normalmente alrededor de Halloween que empezamos a dirigir la mirada al cielo en busca de señales, de
indicios que impliquen la llegada, si todavía no lo ha hecho, de las primeras nieves capaces de penetrar a través de las múltiples capas atmosféricas, que a modo de escudo hasta ahora nos habían protegido, para posarse en el paisaje otoñal. En nuestro reducto de las montañas éste es siempre un evento trascendente que marca un cambio radical en nuestras actividades tanto deportivas como cotidianas y que también afecta profundamente nuestra psique. Por mas que te guste el esquí y la nieve, seis o siete meses de invierno son mucho invierno.
Pero la nieve ya está aquí y no podemos hacerle nada sino adaptarnos a la nueva temporada con rapidez y la mejor actitud que podamos. En los últimos días hemos estado engullidos por una dinámica borrasca que mas tarde a hecho estropicios por el resto del país, incluso rompiendo records de baja presión en muchas localidades del centro del país. Hablamos de presiones comparables a las de un huracán de segunda categoría, que no es moco de pavo. Aquí en el pueblo nos ha dejado unos 25cm de nieve, pero arriba en las cumbres, una de las estaciones automáticas que tenemos marca casi un metro de nieve.
Un silencio helado cae sobre el bosque |
Si bien no es del todo infrecuente estar esquiando por estas fechas, lo benigno que el tiempo había sido todo este otoño y hasta hace solo tres días (iba yo en en bici), ha magnificado la brusquedad de este cambio hacía la temporada invernal. De repente todos estamos buscando desesperadamente nuestros anoraks de plumas, nuestros gorros con orejeras, las pieles y ceras de los esquís, las ruedas de contacto para el coche, etc, etc,
Pronto ni se verán las sillas |
No hay nada mejor que una buena inmersión inmediata en este nuevo mundo y esta mañana ya he salido con un grupo de amigos a hacer una esquiada de montaña. Hemos salido a las cinco de la madrugada (asi todo el mundo puede estar en el trabajo antes de las 9am) a foquear hacía el Red Lady, una cima que domina el pueblo. En la parte inferior había poca nieve pero la suficiente para ir con esquís y a poco mas de medio camino las condiciones eran realmente buenas. Nuestra intención era subir hasta la cumbre y bajar su mágnífica cara sur, pero un vendaval de miedo (estábamos a -8ºC sin tener en cuenta el viento) y la pésima visibilidad, nos han hecho abortar el intento. Aún así, la salida ha servido para calentar motores, recalibrar el equipo y recordar una vez mas, la euforia etérea e infantil de deslizarse sobre la nieve.
Esta foto es para comparar con la del arco iris de la anterior entrada |
Xavi Fané
Mira que m'agrada la tardor, però benvingut sigui l'hivern! Com sempre, fotos molt suggerents. Felicitats.
ResponderEliminarHola Xavi, yo soy el que tiene el blog Quiero ser Xavi Fane. Solo unas lineas para agradecerte las veces que me has hecho soñar con aventuras y ya que estamos pedirte permiso para que tu nombre siga apareciendo en mi blog :). Disfruta el invierno.
ResponderEliminarMuerto el otoño ¡viva el invierno!
ResponderEliminarJoe, allí el clima no bromea... Yo, tanto ayer como hoy he montado en manga corta hasta el anochecer aquí en Madrid.
ResponderEliminarSaludos, Xavi! Y disfruta del invierno!
¡Vaya tela, telita, tela, con el cambio de estación! Con un par. La última foto resulta muy "pedagógica" para hacernos una idea... ¡Si hasta me ha entrado frio! Y eso que en Sevilla, aun salgo de corto con la bici. Casí na.
ResponderEliminarCreo que hay que tratar de disfrutar de las posibilidades de cada estación, y en vuestro caso, se debe tratar de casi filosofía. 7 meses en esas condiciones se deben hacer largos... Bueno, ya teneís escusa para arrumacos frente a la chimenea y partidas de parchís.
Recuerdo artículos invernales tuyos acerca de cómo hacer pan, la "competición" por hacer la última salida en bici de la temporada, o una de esas últimas excursiones algo "accidentada" con Karen, con despiste/desorientación incluidos.
Buen inverno Xavi.
Saludos,