18 octubre 2010

Allá arriba

40s, F2.8, ISO3200. Nikon D3, zoom 70-200mm a 70mm
Uno de los aspectos mas importantes de mi fotografía es sin duda la ubicación.  Soy consciente de que buena parte del atractivo de mis imágenes y de mi identidad como fotógrafo reside en la elección de mis puntos de vista.  Somos muchos los fotógrafos que viven en este valle y el mercado aquí es relativamente competitivo, lo cuál quiere decir que te has de espabilar a la hora de crear imágenes diferentes y únicas si quieres destacar de alguna forma con tu trabajo. La nuestra es una economía de turismo y la fotografía de paisaje es realmente lo único que se vende, tanto como elemento de marketing para los negocios del pueblo como obra de arte para el turista. Con este condicionante, el abanico fotográfico que tenemos a nuestra disposición queda seriamente limitado. Todo el mundo quiere ver las mismas montañas, lagos y vistas del pueblo que son tan reconocibles y nos hacen famosos y existe una cantidad pasmosa de imágenes sacadas siempre desde semejantes ángulos y puntos de vista. La única manera de hacer fotos diferentes es trabajarse a pulso la ubicación de estas. Por suerte tengo buenas piernas y no me importa andar largas horas para alcanzar rincones insólitos, ni acampar en lugares incomodos o pasarme horas clavado en algún lugar de la montaña a veinte bajo cero en pleno invierno. De hecho eso es lo que me encanta hacer en primer lugar y por ello no lo considero un esfuerzo sobrehumano.   Claro está que la ubicación no lo es todo, luego hay el arte de la composición y el uso de las muchas técnicas fotográficas que hay a tu disposición, pero si una cosa ha hecho mi fotografía reconocible en estos valles es la elección de mis coordenadas.

La foto que encabeza la entrada la saqué hace dos noches. No fue una foto fácil de conseguir. La montaña que decidí sería una buena atalaya no era ni la mas alta ni la mas escarpada del valle pero no había camino que la subiese y pronto me dí cuenta de que era una pila de roca inestable a parir. Pero todo ello valió la pena y una vez arriba las vistas valle arriba se abrieron ante mis ojos tal y como había imaginado. Dormí bajo las estrellas en lo que fue una noche de frío soportable (-4Cº)  y logré sacar unas fotos que fueron de mi gusto.

Xavi Fané

6 comentarios:

  1. Xavi, como siempre, me dejas anonadado, bonita foto, preciosa!!!!!!

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  2. Bonita foto... pero muy interesante texto. Gracias por ambas cosas, Xavi.
    Saludos!

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  3. Coincido con Luis, muy interesante el texto. Así que CB vive prácticamente del turismo... curioso. Me pica la curiosidad por conocer como es el día a día de CB.

    Por otro lado, tu faceta de fotógrafo la voy conociendo poco a poco, pero un artículo tuyo... jejeje, ahí si que lo detecto a kms. ¡También ahí tienes un estilo!

    Gracias por la foto.

    Saludos,

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  4. Pues ésto pinta el día a día de ganarse el pan para un fotógrafo y que no todo es color de rosa y en todos lados hay que hacer una diferencia y vale el esfuerzo, poco ó mucho pero si uno lo toma con ganas por lo menos se disfruta. Felicitaciones y a seguir así Xavi

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  5. Yo soy biker y fotógrafo también. Ambas cosas a menor nivel que tú, pero me gusta leer más acerca del día a día de tu trabajo y tu pueblo. Gracias.

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